¡El pueblo se levanta!

¡El pueblo se levanta!
Grita, protesta y reclama
sus derechos.
La angustia y la desesperación
se contemplan en sus caras.

Las casas vacías
y las personas en la calle,
las miradas pérdidas
en otros lugares.

El hambre, la pobreza,
el agobio, la desesperación
se convirtieron
en nuestros mejores aliados.
Gente sin trabajo, sin casas,
sin vida, y todo por una razón...

La razón del abuso,
el acoso, la manipulación,
la desconfianza y
siempre la corrupción.

El poder se hizo
para ayudar, colaborar
y afrontar los problemas...
no para ahogar al pueblo
y dejarlos sin aliento,
no para abusar de ellos
y dejarlos de lado con la pena.

El auténtico poder
reside en el pueblo,
y no en los sueldos
de esos carroñeros...

25 de Noviembre, día contra el maltrato

"No me creas"

Cuando te mire a los ojos
y te dé un "te quiero",
no me creas.
Cuando te prometa la luna
y el sol en mi mundo,
no me creas.
Cuando te regale las estrellas
más bonitas del universo,
no me creas.

No me creas,
porque mis "te quiero" no son ciertos.
Porque sientes miedo
cuando mis ojos te miran.
Porque la ira de mi puño
termina en tu cara.
Porque no eres mía por amor
sino por terror.

No me creas,
esto que siento no es amor.
No me creas,
porque en tus ojos llorando
nunca llegan a mi corazón.


Carlos Leiva Pló

Tus ojos son mi inspiración,

tu voz es mi corazón

que me recuerda tu nombre.

Eres como la luz

que sale del fuego de mi boca,
porque sabe que otros brazos te tocan.

Si no te siento cerca,

me siento abandonado.

Tiste, sabiendo que otros labios

rozan suavemente tu piel

y no son los mios.

Pero me preocupa,

que esto que escribo,

es pura inspiración

de un amor imposible,

de un amor que siempre quise.

Tú

Me hiciste sentir
me hiciste soñar,
conocí el reir
y conocí el llorar.

Despertaste mi felicidad
con un simple te quiero
y la destruiste enseguida
con un triste no puedo.

Quisiste buscar al eterno amor de tu vida,
y me encontraste a mi,
una variable que te sacaba una sonrisa.

Amor

¡Oh amor! cuanto bien haces

llegando a nuestras vidas,

llenándolas de ilusiones y fantasías,

haciendo revivir sentimientos

que ya se habían muerto.

Cuantas alegrías traes en tu palabra,

y que corta es tu estancía

a veces en nuestros corazones.

Otras veces duras hasta el final,

hasta el último día de nuestras vidas.

Cuanto daño hicistes en ellas

pues, más un millar de lágrimas

hicistes deslizar por nuestras mejillas.

Lágrimas dulces y tiernas,

que terminaban descansando

en nuestros bellos labios,

haciéndonos sentir tantas veces

como unos pobres desafortunados.

Pero sólo tú tienes ese algo,

esa esencia irresistible,

que hace que volvamos a tí.

Sueño

Me desperté llorando,
pensando que no te tenía,
pensando que por tí
ya nada sentía.

Soñaba que decías,
que a mí ya no querías,
que te habías enamorado,
de alguien que no te merecía.

Todos mis sueños rotos,
por una tontería,
por haber soñado,
que un día te morías.

Pues por ti daría mi vida,
pues los días se hacen eternos
si no te digo todo lo que por ti yo siento.

Hablando con el viento

Que se pare el tiempo,

que no quiero vivir,

solo escuchar el sonido del viento,

el susurro del mar

diciendo un te quiero.

Un te quiero de tu boca,

que ya hecho de menos.

¿Qué haces viento?

¿Por qué tiras las hojas

secas del invierno,

esas en las que en todas ellas

iba escrito un te quiero?

Que viejos recuerdos,

en los que en cada noche

te gritaba, suplicaba y pedía

que ella me quisiera.

¿Y qué culpa tienes tú, viento?

Sólo te pedimos que

de nuestras vidas se esfumen

aquellas palabras que rogábamos.