24/11/10

Amor

¡Oh amor! cuanto bien haces
llegando a nuestras vidas,
llenándolas de ilusiones y fantasías,
haciendo revivir sentimientos
que ya se habían muerto.

Cuantas alegrías traes en tu palabra,
y que corta es tu estancía
a veces en nuestros corazones.
Otras veces duras hasta el final,
hasta el último día de nuestras vidas.

Cuanto daño hicistes en ellas
pues, más un millar de lágrimas
hicistes deslizar por nuestras mejillas.

Lágrimas dulces y tiernas,
que terminaban descansando
en nuestros bellos labios,
haciéndonos sentir tantas veces
como unos pobres desafortunados.

Pero sólo tú tienes ese algo,
esa esencia irresistible,
que hace que volvamos a tí.